sábado, 30 de abril de 2011

Feria del Libro 2011


 
En la plazita frente a La Rural.

Luego de tres años sin concurrir, este mes se dio la posibilidad de visitar la Feria Internacional del Libro, en el predio La Rural; lo mejor de todo fue que concurrimos en masa, acompañados por risas, chistes y comentarios varios, en una "rateada literaria" donde participó todo mi curso y otros alumnos del colegio.
Realmente fue una gran salida, desde las combinaciones en subte a la ida (deliberando visiones artísticas y filosóficas con Shirdi), y a la vuelta (con un encuentro inesperado, pero un poco triste)...

...hasta las recorridas en los stands, las hojeadas de libros y nuestras caras con los precios (!); los descubrimientos tecnológicos en el stand de Israel, por nombrar alguno de los varios que encontramos -y en recuerdo de nuestros dedos machacando la pantalla táctil y poniendo boludeces en Facebook- :) ; la comodidad de los sillones árabes y lo agridulce de los dátiles, en otro stand...
Cuando nos separamos en grupos y vimos las bellísimas ilustraciones de Ciruelo, el artista argentino radicado en Europa que pinta y escribe sobre dragones; observando la cantidad increíble de libros ilustrados; en la búsqueda fallida de los sinsajos...
Y afuera, el encuentro con un duende que se escapó de las páginas de algún libro...


No andaba con mucho dinero, pero con Faq logramos comprar tres libros:
-"Mala luna", de Rosa Huertas (España), colección Alandar, de editorial Edelvives, a $27 (pequeño descuento de la Feria).
-"El almacén de las palabras terribles", de Elia Barceló (España), de la misma colección y editorial.


Con "El portal de la sombra" y "Mala luna".

-"El portal de la sombra", de Lene Kaaberbol, editorial Pictus, ganador del premio Nordic Awards for Children Literature en 2007 y seleccionado para la Lista de Honor del IBBY (?) en 2008. Su autora es dinamarqueña.
Conocíamos de vista los dos últimos, pero los tres nos cautivaron por sus geniales ediciones, especialmente la ilustración de tapa de "El portal de la sombra", a cargo del argentino Poly Bernatene, que práctimente me obligó a comprar el libro, ya que me recordaba al estilo de historias que escribimos tanto mi hermano como yo.
Cabe destacar la atención de los vendedores en los stands de ambas editoriales, colmados de recomendaciones y sugerencias.

Y para cerrar las peripecias por la Feria, al día siguiente de haber ido, volvimos a ir para conocer Ariel Puyelli, autor de numerosos libros para niños y adolescentes, con quien nos escribimos mails. Lo conocimos en el año 2006 a través del libro "La maldición del chenque" (colección Azulejos, editorial Estrada), una aventura fantástica que recrea leyendas mapuches, que marcó nuestra infancia y fue otro empujón que nos llevó a escribir.
                      
                       Izq. a der.: Faq, Ariel y yo.

Más tarde, y gracias a la buena onda de su autor, nos llegaron "El ahorcado del desierto" (antología de relatos), "El cultrún de plata" (continuación de "La maldición del chenque", de la misma colección y editorial) y un relato breve llamado "Don Cerdonio y su peluca maullante", con ilustraciones del autor.
Ésta fue una buena oportunidad para conocerlos más allá de fotografías, a él y a su mujer, y al hacerlo, conocer también el avance artístico que tiene Chubut actualmente de la mano de autores y pintores patagónicos.
Es muy gratificante saber que hay alguien como uno tras esos libros aventureros que acompañaron nuestra infancia, y mucho más agradecer esa pequeña gran luz que sus palabras brindaron a nuestro camino por la escritura y, sobre todo, al aprendizaje del crecimiento.

Una Feria con condimentos varios, encuentros y reencuentros, tinta fresca, tapas coloridas y muchas fotos.



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