jueves, 27 de marzo de 2014

El Loco Chávez: Tinta animada, distendida y cuestionadora

 Hace unas horas terminé de leer un compilado de historietas de este personaje argentino (¡del siglo pasado!) que casualmente llegó a mis manos. 
No soy de frecuentar mucho el género. Hace un par de años navegué en las coloridas páginas de Coraline y Arlequín enamorado, de Neil Gaiman y con hermosas ilustraciones, aunque buscando aventuras fantásticas que por supuesto encontré. Mis últimas historietas argentinas fueron un par de fascículos de Mafalda, el entrañable personaje de Quino que me acompañó en un viaje a la playa.

El Loco Chávez es muy distinto. Moviéndose en el realismo tanto a nivel narrativo (diálogos directos, con mucho dialecto nacional, historias y debates extraídos de la realidad), como en las ilustraciones, con personajes muy marcados, la tira cuenta las peripecias -pero sobre todo, la vida- del Loco, periodista que trabaja en la Capital. La historia hace foco en su relación con sus compañeros (en un principio, dentro del trabajo; aunque pronto el primer plano pase casi exclusivamente a sus charlas en el bar, punto de encuentro, de chistes y discusiones), con sus mujeres (es un personaje con mucho levante), y con sus entrevistados, que van de figuras del mundo del teatro, a autores y un abogado que decide cambiar su vida. Esta última es, sin duda, una de las partes más logradas del compilado, entrando de lleno en cuestiones de una sociedad estructurada y disfrazada, la cual manipula intereses individuales. A partir de este quiebre dramático, donde el Loco se compromete con el entrevistado mucho más que como periodista, la historia se abre ante la exploración de la sociedad desde situaciones más comunes: un viaje en transporte público, las charlas en el bar o con cualquier de sus amigos, disparan interrogantes que no sólo el Loco no puede responderse, sino que además atraviesan las viñetas e interrogan al lector mismo.
El amor entre personas de distintas edades, la necesidad de intentar cambiar aunque sea demasiado tarde, la soledad; el nivel de vida de la clase media de una sociedad marcada desde entonces (y todavía) por el fuerte peso de la inmigración y la emigración, por las deudas y el tira y afloje rutinario, hacen de este compilado (editado hace unos años por el Grupo Clarín), un ejemplar digno de leerse. Y aunque cerca del final caiga en momentos que rocen la melancolía o el más imprevisto ridículo, uno puede contentarse viendo que, aún así, los personajes se mantienen fieles y las historias, de alguna manera, confluyen.
Escrita por Carlos Trillo e ilustrada por Horacio Altuna, ambos argentinos; y publicada originariamente como tira para el diario Clarín del año 1975 a 1978, la historieta tuvo un éxito rotundo que llegó incluso a la televisión, con escasa duración debido a la censura en la dictadura militar. 
Se comprende su aceptación por parte del público: personajes bien argentos, temáticas sociales, diálogos precisos e ilustraciones bellísimas, que rozan incluso momentos de metáfora increíbles (destacable cuando el Loco piensa en Pampita, su gran amor, a tal punto que su nube de pensamiento invade la viñeta de la realidad; o la charla entre ambos en medio de una tormenta en la costanera).


Interesante de comparar con la historieta diaria actual, que cada vez pierde más forma y contenido. Sólo parece haber espacio creativo e innovador en unos pocos ilustradores nacionales, como Macanudo y su creciente éxito, demostrado a través de frases existenciales y trazo aniñado, de ensueño. 

Símbolos argentinos, muy presentes.


Una historieta cuyo cambio se nota a medida de los años, volviéndose más intimista, más reflexiva, más real. 
Y, a pesar de sus años, muy contemporánea.









El caso de la actriz venida a menos, un análisis interesante sobre la lucha de poderes en la farándula.
Pampita, invasora de la mente del Loco.

Luis, amigo del Loco, se debate entre un amor mucho más joven que él, y el prejuicio que ellos genera en la sociedad.
Abajo, el Loco y uno de sus tantos "romances".


Lugar para el debate y cuestiones que trascienden la época y nos interpelan.



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